Ahora solicito
la atención de las mujeres y los hombres jóvenes y los niños de la nueva
generación mientras recalco la importancia actual del espíritu de Elías en
nuestra vida. Mi mensaje va dirigido a toda la Iglesia en general, pero a
ustedes en particular.
Muchos de
ustedes tal vez piensen que la obra de historia familiar la lleva a cabo
principalmente la gente mayor. Sin embargo, no tengo conocimiento de que en las
Escrituras o en las pautas que emiten los líderes de la Iglesia haya alguna
restricción en cuanto a la edad que limite este importante servicio a los
adultos mayores. Ustedes son hijos e hijas de Dios, hijos del convenio y
edificadores del reino. No tienen que esperar hasta tener una edad determinada
para cumplir con su responsabilidad de colaborar en la obra de salvación a favor
de la familia humana.
Hoy en día, el
Señor ha puesto a nuestra disposición extraordinarios recursos que les permiten
aprender y amar obra a la que infunde vigor el espíritu de Elías. Por ejemplo,
FamilySearch es una colección de registros, recursos y servicios que se pueden
acceder fácilmente con computadoras personales y diversos dispositivos de mano,
diseñados para ayudar a la gente a descubrir y documentar su historia familiar.
Esos recursos también están disponibles en los centros de historia familiar ubicados
en muchos edificios de la Iglesia por todo el mundo.
No es una
coincidencia que FamilySearch y otros recursos hayan salido a la luz en una
época en la que los jóvenes estén tan familiarizados con una gran variedad de
tecnologías de la información y la comunicación. Ustedes tienen los dedos
amaestrados para textear y twitear para acelerar y adelantar la obra del Señor,
y no sólo para comunicarse rápidamente con sus amigos. Las destrezas y la
aptitud que se manifiestan entre muchos jóvenes actualmente son una preparación
para contribuir a la obra de salvación.
Invito a las
jóvenes de la Iglesia a aprender sobre el espíritu de Elías y a experimentarlo.
Los aliento para que estudien, para que busquen a sus antepasados y se preparen
para efectuar bautismos vicarios en la casa del Señor por sus propios
familiares fallecidos (véase D. y C. 124:28–36). Y los exhorto a ayudar
a otras personas a buscar sus datos de historia familiar.
Si responden
con fe a esta invitación, el corazón de ustedes se volverá a los padres. Las
promesas que se hicieron a Abraham, Isaac y Jacob se arraigarán en su corazón.
Sus bendiciones patriarcales, en las que se declara el linaje, los unirá a esos
padres y cobrarán mayor significado para ustedes. El amor y la gratitud que
sienten hacia sus antepasados aumentará. Su testimonio del Salvador y su
conversión a Él serán profundos y perdurables. Y les prometo que serán
protegidos contra la creciente influencia del adversario. A medida que
participen en esta obra sagrada y lleguen a amarla, serán protegidos en su
juventud y durante su vida.
Padres y
líderes, por favor ayuden a sus hijos y a la juventud a saber en cuanto al
espíritu de Elías, y a sentirlo. Pero no hagan esa labor demasiado rígida o
formal ni brinden demasiada información o capacitación detallada. Inviten a los
jóvenes a explorar, a experimentar y a aprender por sí mismos (véase José Smith—Historia 1:20). Cualquier joven
puede hacer lo que estoy sugiriendo mediante los módulos disponibles enlds.org/familyhistoryyouth.
Las presidencias de los quórumes del Sacerdocio Aarónico y de las clases de las
Mujeres Jóvenes pueden desempeñar una importante función al ayudar a todos los
jóvenes a familiarizarse con esos recursos básicos. Cada vez más, es necesario
que los jóvenes aprendan y actúen y de ese modo reciban más luz y conocimiento
por el poder del Espíritu Santo, y que no sólo sean estudiantes pasivos sobre
quienes principalmente se actúe (véase 2 Nefi 2:26).
Padres y
líderes, se asombrarán al ver la rapidez con la que sus hijos y la juventud de
la Iglesia se vuelven sumamente diestros con esos recursos. De hecho, ustedes
aprenderán valiosas lecciones de los jóvenes sobre cómo utilizar esos recursos
eficazmente. Los jóvenes pueden brindar mucha ayuda a las personas mayores que
se sientan incómodas o intimidadas por la tecnología o que no están
familiarizadas con FamilySearch. Ustedes también contarán sus muchas
bendiciones cuando los jóvenes dediquen más tiempo a la obra de historia
familiar y a prestar servicio en el templo y menos tiempo en videojuegos,
navegando por internet y en Facebook.
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